La Agencia Nacional de Seguridad Vial tendrá una sede en Rosario

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La Agencia Nacional de Seguridad Vial tendrá una sede en Rosario y trabajará en conjunto con el organismo homónimo provincial en los controles vehiculares en rutas y accesos nacionales que atraviesan el territorio santafesino.

Carlos Alberto Pérez, director ejecutivo del área dependiente del gobierno de Mauricio Macri, lo confirmó al diario El Ciudadano, después de un encuentro que mantuvo junto a otros referentes de organizaciones dedicadas a la difusión y prevención de siniestros vehiculares en la sede de la ONG Compromiso Vial, en Cochabamba 386.

En esta reunión se abordaron temas como la distribución de los alcoholímetros en las ciudades del país y la discusión sobre los proyectos vinculados con “alcohol cero” para todo tipo de conductores.

Pérez estuvo visitando los lugares los posibles predios donde se asentará la base para los agentes nacionales que, estiman, comenzará a funcionar a fines de este año:

“Una vez que estemos ubicados nos abocaremos, fundamentalmente, a inspecciones en rutas nacionales, que es en donde tenemos jurisdicción, pero también vamos a evaluar y coordinar trabajos en conjunto con efectivos de otros organismos de esta provincia para así intensificar los controles”.

Cuando se nombraron los nuevos integrantes de la dirección de la ANSV,, en diciembre del año pasado, se encontraron con que contaban con 1.200 alcoholímetros distribuidos en todas sus jurisdicciones. Según indicó Pérez:

“Actualmente estamos tratando de reacomodar ese reparto porque en muchos casos se cometieron abusos, en base a simpatías partidarias, y en algunos municipios había de estos elementos por demás, en relación con otras ciudades que por sus características socioculturales y densidad poblacional lo necesitaban mucho más”.

Rosario cuenta con ocho alcoholímetros para cerca de un millón de habitantes según el último censo de 2010, mientras que Río Gallegos tiene 24 aparatos –algunos incluso embalados en sus cajas– y es una localidad en la que viven menos de 100 mil personas.

No obstante, Pérez señaló que para redistribuir equitativamente los equipos de medición de alcohol hay que tener en cuenta varios factores como lo son, entre otros, el consumo de bebidas, el número y tipo de población y el parque automotor.

“Estamos trabajando para crear más conciencia acerca del consumo de alcohol. Creo que la mejor campaña es aquella que hace que la gente entienda que si bebió no debe conducir”

La graduación alcohólica que fijó la ley nacional de Tránsito 24449/94 para conductores comunes es de un límite de 0,5 gramo de alcohol en sangre.

“Desde la agencia creemos que es un umbral aceptable para que la gente pueda manejar. No obstante, estamos abierto a la discusión y escuchando a las diferentes voces y sus argumentos para ver si hay necesidad o no de modificar las posturas porque de eso se trata, de ir creando un espacio de debate y no pararnos en un lugar de poder sino de consenso entre todos los que entendemos a las políticas de seguridad como sumamente necesarias para que las personas dejen de perder la vida en accidentes de tránsito”

“Conducir es un acto social”

Mónica Gangemi, referente de la ONG Compromiso Vial

“Tenemos una convicción y fundamentos con respecto a los proyectos de ley y de ordenanza alcohol cero. Podemos debatir el tema pero con altura porque se han generado discusiones, justamente por tener que salir a desmentir dichos sin ninguna solvencia como que el comer una ensalada de fruta o un bombón pueden alterar el organismo y hacer que se arroje un nivel de alcohol en sangre más alto que el permitido”

“Luego habrá que analizar la forma en que se pondrá en práctica la norma, pero lo que buscamos es crear conciencia ciudadana y creemos en los argumentos sólidos de por qué es necesario el ‘alcohol cero’ al volante y vamos a acompañar a quien impulse la iniciativa”.

“La alcoholemia cero es inaplicable”

El médico Osvaldo Aymo, pediatra aunque especialista en estudios vinculados con la seguridad vial, fue contundente sobre el proyecto de ordenanza “Alcohol cero” que impulsa el radical Sebastián Chale. “Es absolutamente inaplicable”, sentenció.

Al respecto, Aymo recordó que hace unos años en Córdoba le practicaron en vivo por televisión un test de alcoholemia a una periodista luego de hacerse un enjuague bucal y el resultado fue de 2 gramos.

Además, el médico cuestionó la cantidad de alcoholímetros que hay en relación a la densidad poblacional de cada localidad y cuestionó duramente que en Rosario haya sólo 8 aparatos cuando “para una ciudad de 1 millón de habitantes debe haber 30”.

Aymo, quien actualmente es integrante del Consejo Consultivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, fue más allá y aseguró que “de nada sirve ser riguroso con la norma si no hay controles”, ya que hay lugares en donde hay cantidad suficiente de aparatos de medición y sin embargo no se realizan.

Fuente: Artículo de Graciana Petrone en El Ciudadano.

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